Mientras Kathryn seguía compartiendo su historia conmigo, vi qué doloroso era para ella admitir que le daba miedo ir de compras a nuestro centro comercial techado. ¿La razón de su temor? Temía quedar atrapada muy lejos de una salida y que esto le produciría náuseas y vómitos. El temor de Kathryn se había vuelto una soga alrededor de su cuello que diariamente la apretaba y la mantenía atada más y más cerca de casa. Kathryn estaba experimentando la verdad de las palabras de Spurgeon: “nuestros temores
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